hay algo que se repite cada vez que entregamos un proyecto: alguien, en algún punto, se pregunta si de verdad necesitaba una página web. y la verdad, esa duda es válida: si ya vendes por instagram, si ya te encuentran por whatsapp, si ya te recomiendan de boca en boca… ¿para qué agregar otro gasto?
la respuesta corta es: depende.
la respuesta larga es este post.
aquí te vamos a explicar quién realmente necesita tener un sitio web hoy, cuáles son los beneficios reales, y en qué casos podrías dejarlo para después.
tener sitio hoy no es para todos, pero sí para más personas de las que creen.
aunque parezca que todo se hace ya desde redes sociales, un sitio web sigue siendo una de las herramientas más útiles para cualquier persona o negocio que quiera crecer, organizarse o simplemente proyectar confianza.
no tienes que ser una gran empresa. de hecho, mientras más chico el proyecto, más importante es tener un lugar propio que diga esto es lo que hago y así puedes encontrarme.
si eres profesionista independiente, si vendes un producto, si ofreces un servicio, si tienes un espacio físico, si das clases, si organizas eventos… probablemente ya te has topado con alguna de estas situaciones:
alguien te pidió más información y no tenías dónde mandarla
alguien no entendió bien a qué te dedicas
alguien buscó en google y no te encontró
alguien dudó de si eras formal porque no tenías página web
si eso ya pasó, probablemente necesitas un sitio web.
¿por qué? ¿qué me da un sitio web que no me da instagram?
la respuesta es simple: control, claridad y permanencia.
control porque puedes decidir cómo se ve tu información, en qué orden se presenta y cómo llevar a alguien de punto A a punto B (por ejemplo: de te conozco a te contacto).
claridad porque puedes explicar lo que haces de forma estructurada, sin depender de mil posts flotando entre memes y reels.
permanencia porque las redes cambian, los algoritmos se modifican, pero tu sitio sigue siendo tuyo, sin condiciones.
es tu oficina digital, tu catálogo, tu carta de presentación, tu base de operaciones. no compite con tus redes, las complementa.
tener un sitio web es
invertir en presencia a largo plazo.
cuando alguien te googlea y no encuentra nada, la conversación casi siempre termina ahí. pero si aparece tu sitio, con información claras, textos bien escritos, enlaces actualizados y formas de contacto visibles, esa persona ya dio su primer paso hacia ti.
un sitio web bien hecho transmite profesionalismo, pero también confianza. dice esto no es un hobby, sé lo que estoy haciendo.
y lo mejor es que trabaja por ti las 24 horas. aunque no estés publicando nada, aunque estés de vacaciones, aunque no subas historias todos los días. sigue ahí. siempre.
también hay momentos en que
no necesitas un sitio (todavía).
si estás empezando un proyecto y apenas estás validando si tiene sentido, tal vez lo más sensato sea esperarte.
si solo tienes uno o dos clientes esporádicos y todavía no defines bien qué ofreces, puede que ahora mismo no sea prioridad.
pero si ya te buscan por recomendación, si ya cobras por lo que haces, si ya tienes una mínima base de clientes o audiencia. probablemente ya estás en ese punto en el que un sitio deja de ser opcional y empieza a ser estratégico.